¡ESCÁNDALO EN COLOMBIA! La reacción visceral del presidente Gustavo Petro tras la contundente derrota de su candidata en el Senado sacude el panorama político del país. Desde el exterior, Petro recibió la noticia de que María Patricia Balanta fue derrotada por una abrumadora mayoría de 62 votos a 41, lo que desencadenó una crisis sin precedentes en su gobierno. En un arrebato de indignación, Petro lanzó un mensaje explosivo en su cuenta de X: “Mentirosos, sucios”. Pero eso no fue todo; el presidente acusó a sus oponentes de racismo y 𝑠e𝑥ismo, advirtiendo que el poder judicial podría estar volviendo a manos del “duquismo” y el “cartel de la toga”.
La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional no solo representa una derrota política, sino un alarmante retroceso para el país, según Petro. Su crítica feroz a este proceso ha hecho eco en toda la nación, evidenciando una fractura dentro de su coalición y desatando la salida de tres ministros de su gabinete en menos de 24 horas. La directora del departamento administrativo de la presidencia solicitó la renuncia de altos funcionarios, lo que subraya la gravedad de la situación.
Este episodio no es solo una derrota; es un llamado a la movilización de sus seguidores ante lo que Petro percibe como una conspiración de élites corruptas que buscan desestabilizar su gobierno. La elección de Camargo, vinculado a sectores opuestos al petrismo, marca un punto de inflexión en la relación entre el ejecutivo y el legislativo, augurando batallas legislativas aún más complejas.
El impacto de las palabras de Petro ha sido inmediato, generando un torrente de debate y reacciones en los medios de comunicación. En un ambiente político ya envenenado, esta crisis promete prolongar la controversia, manteniendo a la opinión pública en vilo. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo responderá el gobierno ante este desafío que podría definir su futuro? La tensión está en su punto más alto y el país observa con expectación.