La madrugada de hoy, el mundo del fútbol se encuentra en estado de shock tras la trágica muerte de Diogo Jota, estrella del Liverpool, y su hermano André Silva, en un devastador accidente de tráfico. Testigos afirman que Diogo, atrapado entre las llamas de su Lamborghini Urus, gritaba desesperadamente: “¡Ayuda, hermano, no quiero morir!” mientras el fuego consumía el vehículo.

El siniestro ocurrió alrededor de las 12:40 a.m. en la curva de la A52, conocida ahora como la “curva del grito”. Dos camioneros portugueses que pasaban por la zona fueron los primeros en escuchar los desgarradores lamentos. A pesar de sus esfuerzos por rescatar a los hermanos, el fuego se propagó de manera incontrolable, dejando a los testigos impotentes. “Intentamos todo, pero el fuego nos ganó”, relataron entre lágrimas.

Lo inquietante del caso no solo radica en la muerte de estas dos figuras del deporte, sino en las circunstancias que rodean el accidente. Según informes, Diogo había sufrido una reciente cirugía pulmonar y no podía volar, por lo que decidieron viajar en coche a Santander. Sin embargo, las cámaras de peaje mostraron que el Lamborghini aceleró de forma inusual antes de perder el control tras un reventón de neumático.

Pero lo más perturbador es la desaparición del celular de Diogo, un iPhone rojo con el logo del Liverpool, que supuestamente contenía información clave. Testigos afirmaron haberlo visto entre las cenizas, pero nunca fue recuperado. Además, un técnico forense ha revelado que un código de ese celular fue omitido en el informe oficial, lo que ha avivado las teorías de encubrimiento.

Las redes sociales están al rojo vivo, con mensajes anónimos que sugieren que Diogo sabía que algo podría sucederle. “Si algo ocurre, no fue un accidente”, habría dicho en un mensaje de voz. La familia, devastada, ha optado por el silencio, mientras la comunidad exige respuestas.

La verdad detrás de esta tragedia permanece oculta entre llamas y secretos, y la pregunta persiste: ¿qué contenía ese celular que nunca apareció? La búsqueda de justicia por Diogo Jota y su hermano André Silva apenas comienza.