Seis accidentes de helicópteros han sacudido América en los últimos dos meses, dejando un saldo trágico y una creciente preocupación por la seguridad aérea en la región. Desde operaciones militares hasta rescates de emergencia, estos incidentes han captado la atención del público y han puesto de relieve la fragilidad de la aviación en situaciones críticas.
El 4 de marzo, un helicóptero Z King de la Armada Argentina sufrió un accidente en la base antártica Esperanza. Afortunadamente, los daños fueron menores y la tripulación resultó ilesa, pero las investigaciones están en marcha para esclarecer las causas del incidente.
Solo días después, el 8 de enero, un helicóptero de la Policía Federal de Carreteras de Brasil se desplomó en Belo Horizonte mientras transportaba a un herido de un accidente de tránsito. A pesar de la impresionante caída, todos a bordo, incluido un médico y una enfermera, salieron ilesos, aunque la aeronave sufrió daños estructurales significativos.
En un giro más trágico, el 8 de marzo, un helicóptero de la Guardia Nacional de EE. UU. se estrelló en la frontera con México, cobrando la vida de dos soldados y un agente de la patrulla fronteriza. El presidente Biden expresó sus condolencias mientras las autoridades investigan las causas del desplome.
El 28 de febrero, un Black Hawk de la Policía Nacional de Colombia se estrelló poco después de despegar, resultando en la muerte de cuatro miembros de la institución. Las autoridades perdieron contacto con la aeronave, lo que añade un velo de misterio a este siniestro.
El 6 de marzo, un helicóptero Panther de la Marina de México tuvo un accidente tras despegar de un buque, dejando cinco muertos y tres sobrevivientes. Las causas del incidente aún son desconocidas, lo que genera inquietud en torno a la seguridad de las operaciones navales.
Finalmente, el 5 de febrero, otro Black Hawk del Ejército colombiano se estrelló en Chocó, cobrando la vida de siete personas. Este trágico suceso subraya la urgencia de revisar los protocolos de seguridad en la aviación militar.
La serie de accidentes ha encendido alarmas sobre la seguridad de los vuelos en América. Las autoridades deben actuar con rapidez para investigar y prevenir futuros incidentes.