En un dramático giro de los acontecimientos, Claudio Contardi, condenado a 19 años de prisión por abuso agravado, desató una furia indescriptible en el tribunal de Sarate Campana tras conocer su veredicto. En un ambiente cargado de tensión, el silencio se rompió cuando Contardi, en un acto inesperado, despidió a su abogado, Claudio Nitzcanner, justo en el momento en que se le leía la sentencia. Este escándalo judicial dejó a todos los presentes boquiabiertos.
El juicio, que había atraído la atención pública por la gravedad de las acusaciones de violencia de género formuladas por Julieta Prandi, se tornó caótico tras la lectura del fallo. Testigos relatan que, apenas se dictó la condena, Contardi comenzó a murmurar tensamente hacia su defensor, exigiendo explicaciones. La situación escaló rápidamente, resultando en la abrupta salida de Nitzcanner, quien, visiblemente molesto, declaró a los medios que ya no representaría a Contardi y que no tenía idea de dónde pasaría la noche su ahora excliente.
Este inesperado quiebre en la defensa plantea serias dudas sobre el futuro legal de Contardi. ¿Fue un acto de desesperación o una estrategia para deslegitimar el juicio? La reacción del abogado, quien se fue sin ofrecer respuestas claras, sugiere un trasfondo más oscuro en esta ruptura. Mientras tanto, Prandi, quien llegó tarde al tribunal, se enteró del escándalo con su exesposado a la espera de ser trasladado a la cárcel.
La condena de 19 años por abuso 𝑠e𝑥ual con acceso carnal, agravada por el daño psicológico infligido a Prandi, marca un hito en este caso. La decisión de Contardi de quedarse sin abogado en el momento más crítico de su vida podría complicar su apelación. La incertidumbre reina en el aire: ¿podrá revertir su destino con un nuevo defensor? Lo que está claro es que el eco de la furia de Contardi y la ruptura con su abogado resonará en los pasillos del tribunal por mucho tiempo.