¡ÚLTIMA HORA! La autopsia de Diogo J. y su hermano Andrés Silva ha desatado una ola de inquietud y teorías perturbadoras. El Dr. forense Rodrigo Tabázre reveló que las condiciones de los cuerpos calcinados no corresponden a un accidente vehicular. Un 87% de los cuerpos estaba quemado, pero las marcas internas indican que no murieron por el choque, sino que había una aceleración térmica inusual. Lo más inquietante: no se hallaron rastros de combustible convencional, sino de una sustancia inflamable desconocida.
La revelación ha sacudido a la comunidad futbolística y a los fanáticos, mientras la prensa portuguesa se enfrenta a un silencio que alimenta la sospecha. Un testigo, Martín Castaño, afirmó que escuchó gritos de los hermanos, sugiriendo que estaban vivos tras el impacto. Además, el sistema de emergencia del Lamborghini estaba desactivado antes del accidente, y el celular de Diogo sigue sin aparecer.
La esposa de Diogo, Rute Cardoso, quien apenas llevaba 11 días de matrimonio, ha mantenido un silencio inquietante. Un seguro de vida firmado días antes del accidente la designa como heredera única, lo que ha suscitado preguntas sobre sus verdaderas intenciones. En medio de rumores de un posible triángulo amoroso y un oscuro pacto, un audio filtrado atribuido a Rute ha comenzado a circular, donde se escucha: “Fue mi culpa. Yo lo sabía”.
Las redes sociales estallan con especulaciones, mientras un video de seguridad capta un segundo vehículo siguiendo al Lamborghini antes del accidente. La Fiscalía ha ampliado la investigación, considerando la muerte de Diogo como un caso de circunstancias sospechosas. A medida que emergen más detalles, el misterio se profundiza y la presión sobre Rute aumenta. La curva donde ocurrió la tragedia ha sido rebautizada como “la curva del secreto”. La pregunta que todos se hacen ahora es: ¿qué realmente sucedió aquella noche fatídica?