**Título: El oscuro pasado de Miguel Ángel “El Vasco” Lecuna resurge en medio de la controversia mediática de Georgina Barbarossa**
En un giro inesperado que ha sacudido el mundo del espectáculo argentino, el trágico asesinato de Miguel Ángel “El Vasco” Lecuna, esposo de la reconocida actriz y conductora Georgina Barbarossa, vuelve a acaparar titulares más de dos décadas después de su muerte. Todo comenzó con un comentario incendiario de Viviana Canosa, que en su programa no dudó en insinuar sobre el oscuro pasado laboral de Lecuna, desatando la furia de Barbarossa.
“¿Por qué tocar el tema de mi marido es muy bajo?”, clamó Georgina con voz entrecortada, defendiendo la memoria de su difunto esposo, quien fue asesinado a puñaladas en 2001 en un aparente intento de robo. Sin embargo, el caso ha estado rodeado de rumores y teorías que sugieren vínculos con la mafia de los taxis y ajustes de cuentas que nunca han sido confirmados oficialmente.
El revuelo mediático se intensificó cuando Barbarossa, hasta entonces alejada del conflicto entre Canosa y Li Tagliani, rompió su silencio en el programa “Intrusos”, expresando su dolor y la indignación que siente al revivir un tema tan sensible. “No se toca a los muertos”, afirmó, recordando que Lecuna fue el amor de su vida y el padre de sus hijos. Su respuesta fue un claro llamado a la ética en el tratamiento de temas tan delicados.
A pesar de que el caso sigue sin esclarecerse, la insistencia en revivirlo en el ámbito público plantea preguntas sobre la responsabilidad de los medios. ¿Es necesario abrir viejas heridas por el rating? La controversia no solo afecta a Barbarossa, sino que también tiene repercusiones en vidas ajenas, como la de Tagliani, cuya adopción se ha visto comprometida por el escándalo.
El eco de esta historia nos recuerda que detrás de cada titular hay un ser humano con un dolor real, y que el espectáculo no debe cruzar límites que hieren. Barbarossa, firme en su postura, nos deja una reflexión: “Ya está, no se toca a los muertos”. En un mundo donde el morbo a menudo predomina, quizás sea hora de recordar que la dignidad y el respeto deben prevalecer.