El velatorio de Michu se ha convertido en un escenario de emociones intensas y reencuentros inesperados tras su repentina muerte a los 33 años. La capilla ardiente, que se ha llenado de rostros conocidos, es testigo de una profunda incertidumbre sobre el futuro de su hija Rocío, en medio de tensiones familiares palpables.
José Fernando, acompañado por su hermana Gloria Camila y su novio, llegó al velorio sin hacer declaraciones, mientras que José Ortega Cano tuvo un encuentro helado con Imma, la madre de Michu, quien permaneció impasible ante su presencia. La atmósfera era tensa, cargada de preguntas sin respuesta sobre quién se quedará con la pequeña Rocío.
Imma, visiblemente afectada, se dirigió a los medios para aclarar la situación. “La niña se va a quedar conmigo. Es lo que Michu hubiera querido, ¿no? Michu quería lo mejor para Rocío”, afirmó con determinación. Sin embargo, esta declaración no ha sido corroborada por Ortega Cano, quien se mostró evasivo, dejando entrever que la decisión dependerá de la familia y de cómo se gestionen las cosas.
Amador Moedano, en desacuerdo con Imma, expresó su deseo de que la niña se quede con Ortega Cano, sugiriendo que allí estaría mejor. La tensión entre los allegados de Michu es palpable, y la incertidumbre sobre el bienestar de Rocío añade una capa de drama a esta trágica situación.
Rocío Flores, por su parte, no dudó en hacer el viaje hasta Arcos de la Frontera para apoyar a su familia en este difícil momento. La comunidad se une en luto, mientras el futuro de la pequeña Rocío pende de un hilo, y el eco de la pérdida de Michu resuena en cada rincón del velorio. La situación es crítica, y la resolución de este conflicto familiar se torna urgente.