**Los gritos desgarradores: el testimonio de un camionero revela la tragedia de Diogo Jota y su hermano**
Una tragedia insoportable sacudió la madrugada del 12 de octubre en la A52, donde Diogo Jota, estrella del Liverpool, y su hermano André, perdieron la vida en un incendio devastador dentro de su Lamborghini. Un camionero portugués, José Aleiso Duarte, fue testigo de la agonía de los hermanos, cuyos gritos de auxilio resonaron en la oscuridad, clamando por ayuda mientras las llamas consumían el vehículo.
El horror se desató a las 12:40 a.m. cuando el Lamborghini, tras un aparente choque, quedó atrapado en un fuego voraz. José, sin pensarlo, se lanzó a rescatar a los hermanos, pero el calor y el humo hicieron imposible su intento. Los gritos desgarradores de Diogo y André, pidiendo ayuda, quedaron grabados en la memoria de José y en su teléfono, un testimonio que la policía intentó silenciar.
“¡Sácame, hermano! ¡Ayúdame!”, resonaban sus voces, mientras el fuego devoraba todo a su paso. José intentó romper las ventanas, pero el cristal blindado resistió cada golpe. Finalmente, cuando la Guardia Civil llegó 20 minutos después, ya era demasiado tarde. Los cuerpos de los hermanos se encontraron entre las llamas, convertidos en sombras en el interior del coche.
La versión oficial habla de un accidente, pero el testimonio de José revela una realidad más oscura. ¿Por qué el Lamborghini ardió tan rápidamente? ¿Dónde está el celular de Diogo, que supuestamente contenía mensajes cruciales? Los rumores de una posible conspiración han comenzado a circular, avivados por la desaparición del dispositivo y la extraña presencia de un vehículo oscuro en la escena.
Mientras la familia guarda silencio, la presión mediática crece. La curva donde ocurrió la tragedia ya es conocida como “la curva del grito”, un recordatorio trágico de que Diogo y André no murieron instantáneamente; su agonía se prolongó en un grito desesperado que aún resuena en el aire. La búsqueda de la verdad apenas comienza, y José, convertido en la voz de los hermanos, sigue luchando para que sus gritos no sean olvidados.