**Título: “Fernanda Iglesias Rompe el Silencio: La Censura que Marcará un Antes y un Después en la Televisión Argentina”**

En un giro impactante que sacude los cimientos de la televisión argentina, la periodista Fernanda Iglesias ha revelado que fue despedida de “Duro de Domar” en 2010 por no alinearse con la ideología kirchnerista del programa. Su confesión, cargada de emoción y valentía, ha resonado en las redes sociales, convirtiéndose en una de las noticias más compartidas del país.

Durante una entrevista en “Puro Show”, Iglesias destapó un episodio que había mantenido en silencio durante 15 años. La chispa que encendió su despido fue una pregunta incisiva dirigida al entonces vicepresidente Amado Boudo, quien minimizaba la inseguridad en Argentina. “No es una falta de respeto para la persona que tiene un muerto en su familia por un ataque de inseguridad”, expresó Iglesias, dejando claro que su compromiso con la verdad le costó su carrera.

El relato de Iglesias no solo expone un caso de censura ideológica, sino que también revela el costo emocional de ser una voz disidente en un entorno mediático hostil. “Desde entonces, he vivido con una sensación de persecución política”, confesó, añadiendo que solo se sintió segura durante la presidencia de Mauricio Macri.

La conmovedora declaración de Iglesias ha abierto un debate sobre la libertad de expresión en los medios y la manipulación de la información. ¿Cuántas voces han sido silenciadas por no encajar en la línea editorial de un medio? Su testimonio invita a la reflexión sobre el verdadero significado de la independencia en el periodismo.

Con cada palabra, Iglesias desafía a sus críticos, afirmando que no teme perder seguidores ni enfrentar insultos. “Estoy muy feliz de finalmente poder decirlo”, declaró, dejando claro que su verdad es más importante que cualquier consecuencia personal. A medida que el video de su testimonio se viraliza, muchos se preguntan si este será el inicio de una ola de revelaciones sobre la censura en los medios argentinos. La historia de Fernanda Iglesias es un poderoso recordatorio de que, en tiempos de manipulación, recordar es también un acto de resistencia.