David Sánchez, el hermano del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha huido de España en medio de un escándalo creciente que envuelve su nombramiento en la Diputación de Badajoz. En un giro sorprendente, el músico y funcionario público ha tomado un vuelo hacia Japón, donde ha solicitado un visado de reagrupación familiar en el consulado japonés de Madrid. Su esposa, de nacionalidad japonesa, reside en Hakayama junto a su hija, lo que añade una capa de complejidad a su abrupta salida.
La decisión de Sánchez de abandonar el país ha desatado una tormenta mediática y ha levantado serias sospechas sobre su gestión pública. Enfrentándose a acusaciones de prevaricación y tráfico de influencias, su defensa está preparando un recurso legal para evitar un juicio. La jueza Beatriz Viezma ha ordenado la apertura de juicio oral tras concluir la instrucción del caso, en el que se investigan irregularidades en la creación de un puesto a medida en la Diputación de Badajoz, que Sánchez ocupó mientras residía en Portugal, supuestamente para eludir impuestos en España.
A pesar de vivir en el extranjero, David Sánchez ha recibido entre 48,000 y 55,000 euros anuales de fondos públicos españoles, lo que ha encendido las alarmas sobre un posible fraude institucional. El sindicato Manos Limpias ha solicitado una pena de tres años de prisión y la devolución de 261,000 euros cobrados entre 2017 y 2023, además de que la Seguridad Social realice los descuentos pertinentes.
La huida de Sánchez a Japón ha sido interpretada por muchos como un intento desesperado de evadir la justicia. La situación se torna cada vez más crítica y las repercusiones políticas podrían ser devastadoras. La atención de los medios está fija en este escándalo que podría tener implicaciones serias para la administración de su hermano, el presidente. La saga continúa y el público espera respuestas.