¡EL COMANDANTE NITRO ESTÁ MUERTO! En un giro devastador de los acontecimientos, David Cristóbal Barraza Sainz, conocido como el comandante Nitro, ha sido asesinado a plena luz del día en Culiacán. La confirmación llega del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar Harfush, quien describe el ataque como una ejecución directa, un acto de brutalidad que sacude los cimientos de la Policía Estatal Preventiva de Sinaloa.
El crimen ocurrió alrededor de las 4:20 de la tarde en el boulevar Pedro Infante, donde Nitro, viajando en su camioneta blindada junto a su esposa, fue emboscado por un comando armado. Testigos horrorizados reportaron más de 30 disparos, mientras los sicarios disparaban sin piedad, perforando el blindaje del vehículo como si fuera papel. Nitro recibió múltiples impactos que acabaron con su vida al instante, dejando a su esposa gravemente herida.
La escena se llenó de caos, con automovilistas huyendo y otros grabando el horror. “Lo mataron como a un perro”, murmuran los presentes, conscientes de que este acto no fue un simple ajuste de cuentas, sino un mensaje claro en el oscuro juego del narcotráfico. La pregunta que ahora resuena es: ¿quién traicionó al comandante Nitro? Rumores indican que había recibido amenazas y que sus acciones recientes habían incomodado a poderosos enemigos.
Harfush ha prometido una cacería de los responsables, pero la desconfianza impera en las fuerzas de seguridad. La esposa de Nitro, aún en el hospital, podría tener información vital, pero su testimonio es incierto en un entorno donde hablar puede ser mortal. La comunidad está en estado de shock, y la muerte de Nitro se convierte en un símbolo de la impunidad y el miedo que dominan Sinaloa.
Mientras la investigación avanza, la Tiguan blindada, ahora un monumento del horror, sigue resguardada por las autoridades. La lucha por la justicia se intensifica, pero en Culiacán, el silencio y la traición son moneda corriente. Esta historia apenas comienza, y el eco de las balas aún resuena en las calles. ¿Quién será el próximo objetivo en esta guerra sin fin? La respuesta, como siempre, se encuentra en la penumbra de la corrupción y la violencia.