**Título: El escándalo del rescate a Correos: ¿una salvación o un encubrimiento?**
En un giro inesperado que ha dejado a muchos boquiabiertos, el Congreso de España ha aprobado un rescate multimillonario de 3,000 millones de euros para Correos, una maniobra que ha pasado casi desapercibida en medio del calor del verano. Este rescate, disfrazado bajo el régimen económico y fiscal de Canarias, ha sido orquestado por el Partido Socialista y el Partido Popular, y plantea serias dudas sobre la gestión de la empresa pública que, bajo la dirección de Juan Manuel Serrano, ha acumulado pérdidas que superan los 10,000 millones de euros.
La situación de Correos es alarmante. Desde que Serrano, un amigo cercano de Pedro Sánchez, asumió el mando sin experiencia en logística, la empresa ha estado al borde del colapso. A pesar de la llegada de Pedro Saura como nuevo presidente, los problemas persisten y el caos operativo en las oficinas de Correos se intensifica. Con un plan de rescate que incluye la drástica reducción de personal, se prevé la salida de 7,000 empleados, lo que representa casi el 15% de la plantilla. Esta purga se presenta como una reestructuración necesaria, pero muchos la ven como un intento de ocultar la verdadera magnitud del desastre.
Las denuncias de irregularidades son inquietantes. Se habla de notificaciones simuladas y posibles delitos de suplantación de identidad, lo que podría poner en riesgo la validez de miles de notificaciones oficiales. Los sindicatos han advertido que llevarán el asunto a la justicia si estas prácticas no se detienen de inmediato.
Mientras los ciudadanos españoles enfrentan un servicio postal deficiente, el gobierno parece más preocupado por proteger a sus allegados que por asumir responsabilidades. Este escándalo plantea un interrogante crucial: ¿es este rescate una salvación necesaria o un encubrimiento de incompetencias que costará caro a los contribuyentes? La respuesta podría dejar una huella indeleble en la confianza pública hacia las instituciones.