Viviana Canosa ha desatado una tormenta en el mundo mediático argentino al atacar ferozmente a Mariana Brey, acusándola de estar respaldada por el gobierno de Javier Milei. En su programa “Viviana en vivo”, Canosa no se contuvo y lanzó una frase que resonó como un misil político: “Brey se maneja con seguridad porque trabaja en lugares que tienen un nivel de impunidad alto”. Este comentario ha incendiado las redes sociales y ha dejado a muchos preguntándose sobre la veracidad de estas acusaciones.
La confrontación no es nueva, pero la intensidad ha alcanzado niveles alarmantes. Brey, panelista en “Duro de domar”, no tardó en responder, sugiriendo que la palabra “impunidad” podría reflejar más las inseguridades de Canosa que su propia realidad. La tensión entre ambas figuras ha desatado un debate sobre la ética en los medios y la naturaleza de las alianzas políticas en un entorno tan polarizado.
El análisis crítico de Pablo Dugan, quien afirmó que Brey busca provocar más que informar, añade una capa más a esta compleja disputa. Mientras algunos ven a Canosa como la voz valiente que denuncia, otros la critican por su estilo provocador que, según ellos, no deja espacio para un debate auténtico.
En medio de esta batalla mediática, el público se encuentra dividido. Algunos apoyan a Canosa por su franqueza, mientras que otros ven a Brey como una víctima de una maquinaria que busca el escándalo a cualquier costo. Pero la pregunta persiste: ¿realmente está Brey bajo el ala del gobierno o es solo un juego de especulaciones?
Mientras la polémica crece, se rumorea un posible cara a cara entre ambas en un futuro programa, lo que podría llevar esta guerra mediática a un nuevo nivel. En un país donde el rating se mide en gritos y enfrentamientos, el desenlace de esta disputa podría ser explosivo. La línea entre el espectáculo y la realidad se vuelve cada vez más difusa, y el público, como siempre, está ávido de más.