**Título: El velorio de Gasaya: un adiós que se tornó tragicómico**
La despedida de Antonio Gasaya, un ícono del humor argentino, se convirtió en un episodio surrealista digno de una de sus propias comedias. Mientras el mundo del espectáculo lloraba su partida, el velorio en el emblemático teatro Maipo, donde tantas veces brilló, tomó un giro inesperado que dejó a todos atónitos. Una confusión entre cocherías casi transforma la emotiva ceremonia en un caos digno de “Esperando la Carroza”.
Todo transcurría con solemnidad hasta que, en un giro absurdo, dos cocherías llegaron al mismo tiempo para retirar el cuerpo del querido humorista. La familia, abrumada por el dolor, había solicitado ayuda a la Asociación Argentina de Actores para coordinar el traslado, pero una segunda cochería, ajena a todo acuerdo, apareció sorpresivamente. La escena era digna de una comedia: familiares en duelo, confundidos y presionados, enfrentando una disputa inesperada por el cuerpo de Gasaya.
Carlos Gasaya, hermano del actor, y el reconocido empresario Carlos Rottenberg intervinieron rápidamente para poner orden en medio del descontrol. Lograron frenar el intento de la cochería equivocada, asegurando que el cuerpo de Antonio fuera trasladado correctamente. Sin embargo, el momento ya había dejado una mezcla de indignación y sorpresa entre los presentes.
A pesar de la tristeza, algunos familiares no pudieron evitar encontrar el humor en la situación, recordando cómo Antonio siempre supo retratar lo absurdo de la vida cotidiana. “Si estuviera aquí, seguro se estaría riendo de esto”, comentaron allegados, reflejando el legado de un maestro del humor que, incluso en su despedida, dejó una huella de ironía.
Este insólito episodio, que recuerda a las situaciones más delirantes de sus obras, nos recuerda que a veces, en los momentos más oscuros, el humor puede ser un refugio. La familia de Gasaya, aunque atravesando un dolor inmenso, encontró un destello de risa en medio del caos. Así, su último acto en este mundo fue, sin duda, un homenaje a su legado imborrable en el corazón del público argentino.