El desgarrador relato de Julieta Prandy, una madre que se vio obligada a huir de su hogar por la violencia de su exmarido, resonó en el programa “A la tarde”, conducido por Karina Mazocco, dejando a todos los presentes en estado de shock. La conmovedora historia fue narrada por la panelista Josefina Pouso, quien reveló los horrores que Julieta enfrentó durante años, incluyendo abuso físico, psicológico y manipulación económica.
Las palabras de Julieta, que describieron su angustiosa escapatoria con sus hijos, dejaron al estudio en un silencio sepulcral. “Tuve que escapar de mi casa con mis hijos”, relató, mientras el peso de su testimonio se hacía palpable en el aire. Las pruebas psicológicas y psiquiátricas que respaldan su historia no son meras suposiciones; son un reflejo de un sufrimiento prolongado que ha devastado su vida.
Karina Mazocco, visiblemente afectada, enfatizó que la historia de Julieta no es un caso aislado, sino un espejo de la realidad que viven miles de mujeres en Argentina. “Julieta es un ejemplo para otras mujeres que están atrapadas en un ciclo de terror”, afirmó, llamando a la justicia a actuar con determinación y compasión.
El relato se tornó aún más inquietante al revelarse que el padre de sus hijos, Claudio Contardi, no solo es acusado de violencia de género, sino que también ha manipulado a su familia para mantener el control sobre Julieta. En un audio exclusivo, el hijo mayor de Contardi intenta devolverle un departamento que Julieta había cedido bajo coerción, revelando así la complejidad y el dolor de su situación.
Mientras el juicio contra Contardi se encuentra en suspenso, la voz de Julieta se ha convertido en un símbolo de resistencia. Su historia ha tocado los corazones de muchos, resonando especialmente entre aquellas que han vivido experiencias similares. “Escucharla me hizo sentir menos sola”, comentó una espectadora, recordando su propia lucha.
Julieta Prandy no solo busca justicia para sí misma, sino que su lucha representa la esperanza de muchas mujeres que aún viven en el silencio. Su testimonio es un grito desgarrador que exige ser escuchado, y un llamado a la acción para un sistema que aún necesita cambiar.